Hijo natural de Bernardino Fernández de Velasco (V Marqués de Berlanga y VII Condestable de Castilla) y nieto de Juan Fernández de Velasco, que fue denunciado a finales de 1576 por el licenciado Amador de Velasco y Manuesco ante el inquisidor Llano de Valdés. Caro Baroja dice que el hijo del condestable "debía de ser un maestro consumado en las curiosas artes..., sabía hacer sigilos, imágenes en plomo y plata con ciertos caracteres, teniendo en cuanta las constelaciones y observando los signos y planetas". Y el acusador decía que a él le había enseñado "la fórmula para que las mujeres se levantaran las faldas y otras". Además usaba el círculo magistral y junto a su pariente, Manrique, usaba un ejemplar en pergamino de la Clavícula de Salomón y de los textos herméticos de Arnaldo de Vilanova. El círculo magistral, según respuesta del licenciado Velasco, era una especie de mandala que se utilizaba fundamentalmente para tres finalidades: para que le retorne a uno el dinero que pague a un mercader, para sortilegios amorosos y para ganar en el juego.
Igualmente aseguró que Pedro de Velasco creía en los espíritus familiares, una especie de espíritus elementales al servicio del mago. El licenciado y clérigo burgalés Amador de Velasco sería condenado a salir en un Auto de Fe público como penitente, sin cinto ni bonete, con vela de cera en mano, para adjurar de levi y ser desterrado por seis años del distrito inquisistorial de Toledo (1578). Ignoramos que aconteció con Pedro de Velasco, aunque suponemos que nada porque no fue llamado al proceso y formar parte de un linaje en el que hubo varios condestables de Castilla.
Un antepasado suyo, homónimo, era sordomudo de nacimiento y aprendió el lenguaje de los sordomudos inventado por fray Pedro Ponge, monje benedictino de Oña, que fuera dado a conocer años después en el extranjero por Juan Pablo Bonet, secretario del condestable Iñigo Fernández de Velasco, hermano de este antecesor homónimo quien no solo aprendió a hablar, sino también gramática castellana y latina, dibujo y otras habilidades, comenta Bedoya.
La Clavícula de Salomón es uno de los libros mágicos por excelencia en el que, según Caro Baroja, se "rastrean influencias griegas, bailónicas y egipcias, y en el que se percibe un marcado elemento astrológico (...) hay en este texto hasta veintiséis invocaciones de entidades y una serie de fórmulas y procedimientos para levantar figuras, ligar y contraligar, otras operaciones mágicas, conjuros, la descripción de los instrumentos que se han de utilizar, pentáculos, sellos y evocaciones planetarias". Fue mandada quemar por varios papas y estaba incluida en el Índice de la Inquisición (incluso lo estaba en España durante el siglo XIX).
MARTÍN GASCÓN
Racionero de la colegial de Berlanga de Duero que fue objeto de examen por la Inquisisición debido a su propensión a realizar conjuros, recetas mágicas y similares contra males de ojo. En una ocasión, ante un enfermo, partió la hostia consagrada en tres partes; escribió en dos de ellas las palabras Jesus Christus, y en el otro Jesus Christus, ee homo resurrexit.
Cada trozo se le daba al enfermo en tres días seguidos, comenzando por los dos primeros. No obstante, la inquisición estimó que lo suyo era mera superstición de la zona y se limitaron a suspenderle de oficio, sin más, en el primer tercio del siglo XVII.
MIGUEL DE MONZÓN
 Sillero, vecino de Berlanga de Duero que compró, hacia 1630, una oración en la capital del reino por dos cuartos y que tenía la propiedad de curar el mal de ojo. Las gentes de la comarca acudían a él para ser curados con este rezo acompañado de señales de la cruz que iba haciendo con los dedos como si se persignara:
"Criatura de Dios yo te curo y ensalmo en nombre de la Santísima Trinidad Padre + Hijo + Espíritu Santo + tres personas y una exencia y de la Virgen María neustra señora concebida sin mancha de pecado original virgen en el parto + y antes del parto + y después  del parto + y de la gloriosa santa getudes tu querida y renegada esposa once mil virgenes Roque y Sebastian y por todos los santos y santas de tu corte celestial por tu gloriosissima resurección y asunción y por todos los lantos y santas de tu corte celestial amen Xesus no muriendo la indigna (...) que rrefiere tan sacrosantos misterios con toda buena fee te suplico señor para mas gloria y honra tuya y debocion quitandola desta parte y (...) no  permita tu divina magestad le sobrevenga acidente corrucion ni daño dandole salud porque con ella sirba amen + Jesus Jesus +  Consumatunes amen Jesus + Dios te sane + y yo te cure amen Jesus".
MARÍA NÚEZ
 
La trágica vida y el proceso inquisitorial seguido contra esta mujer está recogida en el libro La Cuenca marginada del siglo XVI escrito por Heliodoro Cordente Martínez, y que resumimos en Por tierras de Soria, La Rioja y Guadalajar y de ahí lo transcribimos:
"En los archivos inquisitoriales de Cuenca cabe reseñar el proceso abierto contra la judaizante María Núñez de Berlanga, natural de Medinaceli y que se había casado, en 1522, con el médico de la villa de Berlanga de Duero, el cual Era un falso converso Un joven, que pretendía los amores de la joven sin éxito, la denunció.
Enviada a prisión tuvo un apasionado romance con el hijo del alcaide de la cárcel de Cuenca, fruto del cual nacería un niño. Tras ser puesta en libertad otro joven la pretendió y al negarse ella a sus requiebros éste estudiante de Cuenca levantó falsos testimonios y nuevamente fue procesada, siendo condenada en esta ocasión a 100 azotes públicos por las calles de la ciudad, desnuda de cintura para arriba, con un sambenito en la garganta, el capirote sobre su cabeza y las manos atadas, subida sobre un asno. Su amante y ex-carcelero fue condenado al destierro de Cuenta durante diez años y parece ser que ambos vivirían luego juntos en Belinchón".
SOBRE LOS JUDÍOS DE BERLANGA
María Isabel del Campo Muñoz indica que la presencia judía está documentada, a finales del siglo XV en Ágreda, Alentisque, Aliud, Almazán, Berlanga de Duero, Burgo de Osma, Calatañazor, Caracena, Deza, Fuentepinilla, Langa de Duero, Medinaceli, Monteagudo de las Vicarías, Morón de Almazán, Nograles, Serón de Nágima, San Esteban de Gormaz, San Pedro Manrique, Santa María de Huerta, Soria, Tajueco, Torralba, Villasayas y Yanguas.
En Berlanga de Duero aún se conservan los nombres de Yubería Baja  y Yubería Alta en dos calles próximas al convento de franciscanas concepcionistas y el apellido Yubero está muy extendido en su comarca. Taracena y Tudela dicen que la judería se encontraba entre el Mirador de las Monjas y el Jaraiz. Esta aljama solía tributar con los judíos de Fuentepinilla y de Tajueco. Judíos de estas tres localidades fueron a vivir, hacia 1470, a Andaluz, Velamazán y Atienza. La sinagoga es posible que estuviera donde hoy se alza el convento concepcionista, según Valero Hernández. En 1490 vivían unas ciento cincuenta familias judías en esta villa.
 
Bedoya, cronista local y residente en Berlanga de Duero desde 1775, cuenta lo siguiente respecto al tema judío: "Todavía hemos alcanzado a ver en la colegiata entapizado el muro de la puerta de la Umbria hasta la torre con los lienzos en que estaban estampados los nombres, apellidos, lugar, día y año del suplicio de los condenados a la hoguera por relapso ó penitenciados de otro modo por convictos, confesos ó sospechosos de otros delitos de que conocía el mismo tribunal".
Suponemos que Florentino Zamora se refería a la misma cuestión cuando relaciona, con la fábrica de tapices de seda de Calatañazor, los que había en la colegiata de Berlanga y que según su docta opinión "se colgaban en las columnas del templo" aprovechándose especialmente para el monumento del Jueves Santo. Y agrega lo siguiente: "Y como entre los nombres estampados en los tapices los hubiese parecidos a los de algunas familias principales del pueblo, lo que motivaba burlas de los  vecinos a las dichas familias, éstas no pararon hasta que las colgaduras fueron a parar a la hoguera. Así desaparecieron aquellas joya".
Tenemos constancia de algo similar en la colegiata de Medinaceli, donde hubo sambenitos hasta 1680, "so pretexto que se iban a blanquear las paredes de la iglesia, pero en 1721 aún no se habían repuesto. Y es que nadie los quería, los sacerdotes los primeros, pues casi todos los apellidos del pueblo estaban representados", afirma Juan Blazquez Miguel.
La aljama de Berlanga fue, entre el siglo XIII a 1492, una de las más importantes de esta línea del Duero, y es la judería sobre la que se han localizado el mayor número de procesados por judaísmo de toda Soria: casi una cincuentena, entre 1492 y 1539, según Francisco Cantera Burgos, entre ellos el de María Nuñez.

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