Se decía "vestir de aragonés" o "llevar calzones".
Porque hace ya muchos años fue perdiéndose este traje típico soriano -de muchos pueblos de Soria- y los hombres vestían de pantalón largo. Estos dos berlangueses, el tío Pata -el más bajo- y el tío Santos, "el zangarriana" -el robusto hombrón de la derecha- pueden ser de los últimos sorianos que se vestían, a diario, con el traje de pantalón corto, o de calzón.
Aquí, junto al estanque -el pilón- de la fuente de Berlanga, que es un buen sitio de estar. Y están completos, del cachirulo a las alpargatas de cáñamo y de hiladillo negro, verdaderas obras de artesanía. Casi como ellos. Pacífica, bonachona, tranquila la faz y el gesto del tío Santos, y no podía ser de otra manera, llamándose así. Hasta tiene el palo -que menos veces le llamaban garrote- en simple posición de andar. El Pata con cara de peores pulgas -algunos decían que era un cascarrabias- tiene el palo el otro giro, como si fuera a dar algún garrotazo... y el traje, entero los dos:
Cachirulo, que otros llamaban casquete. Camisa blanca, chaleco de pana lisa y chaquetilla corta, también de pana, con reborde de seda negra y doble botonadura de adorno, puesto que no abrochaba nunca. Faja negra de cuatro vueltas -lana o algodón, con pe1endengues- y moquero de cuadros, entre la faja; calzón con cintas afuera; medias blancas y escarpines; para acabar con las alpargatas abiertas, de tiras anchas negras, al empeine y aparejo de hiladillos para sujetarlas bien a la tobillera. Y el palo, el garrote o la cachaba.
Así, enteros. Una gloriosa indumentaria perdida. Uno y otro se fueron amortajados de tal guisa al camposanto. Como si con ellos se "enterrara" una época. Y una raza patriarcal, vestida patriarcalmente.
Del libro del autor Memorial de Soria II (1985), con foto de Manuel Lafuente Caloto.